Aves migratorias y sus problemas con humanos y cultivos
Las aves migratorias son aquellas que realizan viajes estacionales alrededor del mundo.
Además de realizar estas travesías de migración, estos plumíferos realizan estos movimientos en busca de alimentos, mejores climas y un buen hábitat. Vale señalar que esta migración está marcada por su estacionalidad anual.
Cuando hablamos de las aves migratorias, nos referimos a un universo inmenso especies de aves que se desplazan y viajan a través de grandes distancias de un lado a otro.
Todas estas aves se rigen por la misma “norma”, van en busca de tierras templadas, específicamente hacia el norte con el fin de tener crías y en su retorno tratan de buscar las zonas más tranquilas en el sur para hibernar.
España se presenta con una ubicación inmejorable para la migración de aves: el territorio español está situada en medio de la ruta europeo-africana lo que significa que millones de ejemplares atraviesan el país durante los meses de migración.
Las primeras aves migratorias llegan mucho a España antes de que termine el verano, este es el caso del correlimos tridáctilo y del vuelvepiedras, ambos provenientes del Gran Norte.
Estos pájaros pueden ser avistados con facilidad entre las rocas de las costas o correteando en la línea de la marea desde finales del mes de junio.
En cambio, la mayor parte de las aves migratorias no llegan hasta bien entrado el invierno, pudiendo llegar a verse en algunas ocasiones ejemplares poco comunes en España: como ánsares, cisnes y ánades.
Muchas especies se reproducen durante su estadía en España en la primavera y parte del verano para, posteriormente, pasar los meses invernales en el continente de África, donde hay más calor.
Este se presenta con las golondrinas, los vencejos, las águilas calzadas o los cernícalos primilla.
Estas aves, durante su trayectoria, suelen recurrir a cultivos para conseguir alimentos, lo que produce daños en las cosechas.
La golondrina –el ave migratoria “más famosa” a nivel mundial, por ejemplo, se alimenta de insectos voladores y no representan un gran peligro para los agricultores. Pero con otras aves no pasa lo mismo.
Antes de ahuyentar, hay que saber qué tipo de aves migratorias son las que más atacan los cultivos.
Los tordos y estorninos, se agrupan en grandes bandadas cuando emigran y son un grave problema paras las cosechas.
Suelen atacar viñedos, campos de cereales y olivares.
Pueden, sin ningún problema, acabar con plantaciones enteras.
Los cuervos, las urracas, las cornejas y los arrendajos atacan con frecuencia los campos de maíz y de cereales.
Además, pueden llegar a ocasionar pérdidas en cosechas frutales, ya que suelen comer los frutos en sus diferentes etapas de maduración.
Las aves migratorias se ensañan más con cultivos de maduración temprana, o bien cultivos de maduración tardía.
Cuando esto hay menos comida en los campos y por tanto la presión de los pájaros sobre ese tipo de cultivos es mucho mayor.
Otra ave migratoria que suele entrar en los cultivos es la tórtola europea.
Este pájaro, perteneciente a la familia columbidae, habita en la mayor parte de Europa y Asia Occidental, ocupando vegetaciones abiertas.
Se caracteriza por efectuar migraciones estacionales.
Su principal fuente de alimentación son los vegetales, por lo que es normal que ataquen cultivos de este tipo.
Comen semillas y granos que se encuentran en muchas plantas cosechadas.