El jabalí, primo salvaje del cerdo doméstico que conocemos, es una especie de mamíferos que habita principalmente en los bosques con árboles caducifolios, es decir, los que pierden las hojas durante la temporada invernal. Sin embargo, se adaptan a prácticamente cualquier hábitat, siempre y cuando esta le proporcione alimento, agua y vegetación adecuada.
En proporción se encuentran con mayor facilidad en Europa, pero se han expandido hacia América y Asia, gracias a la intervención del hombre. Se pueden encontrar en casi toda la península ibérica, pero en mayor número de ejemplares en la zona española, en lugares como Castilla la Mancha, Andalucía, Aragón, Cataluña, y Castilla y León.
En esa nación, la población ha crecido en forma exponencial durante los últimos años, por dos motivos fundamentales: La corta edad que necesita la hembra para reproducirse, y la buena alimentación, principalmente a base de bellotas, que puedan tener, porque esta garantizará que todos los lechones puedan vivir.
Curiosamente, la vida de esta especie es corta, entre dos y cinco años, aunque en cautiverio podría ser prolongada. Pero cuando se habla del ambiente salvaje, hay poca esperanza de que alcancen una edad avanzada, ya que es una presa fácil para otros animales como lobos, hienas y tigres.
El jabalí o sus scrofa, por su nombre científico, se divide en 10 subespecies (11 si se toma en cuenta el cerdo doméstico). Sin embargo, la más grande y conocida es la sus scrofa scrofa, que se encuentra en parte de Europa y fue introducida a América. La sus scrofa castilianus es la que se encuentra en la península ibérica.