El oído humano percibe frecuencias entre 20 Hz y 20 kHz. Todos los sonidos por debajo de 20 Hz se califican como infrasonidos, aunque algunos animales los escuchan (como por ejemplo la rata topo o el elefante). Todos los sonidos por encima de 20 kHz se califican como ultrasonidos, pero son sonidos para un gato o un perro (hasta 40 kHz) o para un delfín o un murciélago (hasta 160 kHz).

Qué son los ultrasonidos y cómo afectan a los animales

La definición de los ultrasonidos está basada en la que ofrece Wikipedia:

¿Qué son los ultrasonidos?

Los ultrasonidos son una serie de ondas mecánicas, generalmente longitudinales, cuya frecuencia está por encima de la capacidad de audición del oído humano. El ultrasonido no tiene propiedades diferentes de las ondas audibles, excepto que los humanos no pueden oírlas. El límite varía dependiendo de la persona y es de unos 20 kHz en jóvenes de menos de 18 años aproximadamente. Los equipos de ultrasonido operan con frecuencias más elevadas de 20 kHz aunque la mayoría de los transductores actualmente empleados operan a frecuencias mucho más altas (MHz).

Algunos insectos, cetáceos y murciélagos lo utilizan de forma parecida a un radar para su orientación y se le conoce como ecolocalización: sabemos que las ondas emitidas por estos animales son tan altas que rebotan” fácilmente en todos los objetos alrededor de ellos. Eso posibilita que puedan crear una “imagen” de lo que está a su alrededor para poder orientarse fácilmente.

¿Cómo afectan los ultrasonidos a los animales?

Los ultrasonidos afectan a los animales pero tenemos que usar la frecuencia precisa para ahuyentarlos. El sentido del oído es diferente en cada especie.

Tabla de frecuencias percibidas por los animales y los humanos (conviene observar la diferencia entre Hz y kHz):

Murciélago: de 2 kHz a 120 kHz
Delfín: 75 Hz a 150 kHz
Insecto: 10 kHz a 80 kHz
Roedores: 900 Hz a 79 kHz
Pájaro: 1 kHz a 40 kHz
Perro:64 Hz a 44 Khz
Elefante:17 Hz a 11 kHz
Ballena azul:14 Hz a 36 Hz
Cocodrilo: 16 Hz a 18 kHz
Ranas: 50 Hz a 4 Khz
Humano: 20 Hz a 20 Khz

El oído humano percibe frecuencias entre 20 Hz y 20 kHz. Todos los sonidos por debajo de 20 Hz se califican como infrasonidos, aunque algunos animales los escuchan (como por ejemplo la rata topo o el elefante). Todos los sonidos por encima de 20 kHz se califican como ultrasonidos, pero son sonidos para un gato o un perro (hasta 40 kHz) o para un delfín o un murciélago (hasta 160 kHz).

Los aparatos de ultrasonidos emiten ondas específicas para cada animal, de forma que no es lo mismo el efecto que pueda causarle a un gato que a una paloma una determinada frecuencia. Al detectar los ultrasonidos específicos para su especie sienten una molestia en su sistema auditivo y nervioso y huyen de ese lugar al considerarlo hostil y peligroso.

Diferencia entre intensidad acústica y frecuencias Hz

La intensidad acústica se mide en decibelios (dB) y mide la intensidad del sonido, en cambio las frecuencias Hz miden la frecuencia de un movimiento periódico que produce vibraciones por segundo (que pueden ser infrasonidos o ultrasonidos)

Hemos comentado más arriba que un humano no puede percibir a más de 20 kHz y ahora indicamos que el umbral de intensidad del oído humano capta los niveles de intensidad acústica comprendidos entre 0dB a 120-130 dB (umbral del dolor).

Esta es la tabla de las intensidades en decibelios para nuestro oído:

Silencio: 0 dB
Pisada: 10 dB
Viento en los árboles: 20 dB
Conversación baja: 30 dB
Biblioteca: 40 dB
Despacho tranquilo: 50 dB
Conversación:60 dB
Tráfico en una ciudad:80 dB
Aspiradora: 90 dB
Motocicleta con escape ruidoso: 100 dB
Concierto de rock: 130 dB
Despegue avión: 150 dB
Explosión de artefacto: 180 dB

 

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