El cuerpo de la trampa es de plástico opaco, de color marrón, ligeramente rugoso en su cara externa y liso en el interior. Los embudos de entrada se prolongan con unas solapas que limitan a un campo muy reducido la zona del interior del cuerpo de la trampa.
El macho, atraído por el difusor de feromona, se introduce en la trampa y cae en la bolsa, de donde no puede escapar.
La parte inferior de la bolsa es de color marrón oscuro, para evitar que los pájaros vean los insectos capturados y puedan romperla al querer alimentarse de ellos.
Época de empleo:
De forma muy general, el vuelo del adulto de la procesionaria del pino tiene lugar entre los meses de junio y septiembre. En primavera colocaremos trampas vigía para la detección de la plaga y la observación del nivel de sus poblaciones. Mediante umbrales de tolerancia establecidos en cada zona, se define después el momento para adoptar medidas de control.
Detección y seguimiento:
Colocaremos 1 trampa para mariposas de la procesionaria del pino cada 9 hectáreas. Las trampas se colgarán en los pinos o sobre un soporte para tal fin. En masas forestales pequeñas e irregulares se requiere mayor número de trampas que en parcelas de mayor superficie y uniformes. En estos casos hay que reforzar los lindes de las parcelas, por lo que puede ser necesario una densidad de hasta 3 trampas por hectárea en el caso de seguimiento exhaustivo.
Una vez haya finalizado el uso, la trampa debe introducirse en una bolsa bien cerrada y desecharse en el contenedor adecuado.
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