En España existen dos tipos de topos:
El topo europeo: De color negro intenso, el topo europeo posee un hocico alargado y los ojos descubiertos por un pequeño orificio en la piel. Puede encontrarse en toda la zona del norte de la península: Asturias, Santander, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia.
El topo ibérico: Su color varía del negro al gris. Su hocico es corto, cola velluda y sus ojos siempre están ocultos bajo la piel. Es muy común encontrarlo en toda la península ibérica.
El hábitat de esta especie normalmente se encuentra a medio metro o un poco más debajo del suelo.
Suelen crear su madriguera en espacios defendidos por vegetación como arbustos espinosos, en las raíces de un árbol o al pie de un muro para evitar la lluvia y los agentes externos que pudieran destruir su vivienda.
Huyen a los terrenos húmedos en exceso y de los que permanecen secos durante la mayor parte del tiempo.
La madriguera del topo ibérico consiste en una conexión de túneles que se encuentran entre sí y que llegan a una cámara central, donde se sitúa el nido y que puede estar debajo de una piedra o un matorral. Esto para prevenir el descubrimiento de la vivienda por elementos externos a ella.